yoga para las articulaciones

Como puede ayudarte el yoga con los problemas articulares

A diferencia de otros tipos de actividad física, el yoga es una técnica tradicional en la que trabajamos a diferentes niveles: cuerpo, mente, emociones y espíritu. Esto tiene numerosos beneficios y lo hace muy apropiado para personas que padecen de las articulaciones.

En el plano físico, el yoga permite fortalecer los músculos de las articulaciones, otorgándoles fuerza y con la práctica, aumentando la movilidad y la flexibilidad, pero de una manera suave, sin esfuerzos ni impactos, que serían totalmente contraproducentes para una persona con este tipo de dolencias, lo único que debemos tener en cuenta es realizar un tipo de yoga adecuado para las limitaciones físicas de cada uno y que veremos en mayor profundidad más adelante.

Cuando realizamos yoga, trabajamos el cuerpo como algo íntegro y no focalizado en una sola parte, para que el cuerpo se reorganice y armonice, distribuyendo el peso y fuerza adecuadamente. Por ejemplo, cuando se trabaja la espalda se tiene, como objetivo mejorar la postura corporal y por lo tanto cargar más adecuada y equitativamente el peso sobre las articulaciones, evitando posiciones que puedan empeorar el problema o incluso causar uno nuevo.

Durante la práctica del yoga también adquirimos mucha conciencia corporal, es decir, aprendemos las posibilidades de nuestro cuerpo y entendemos hasta donde llegan nuestras capacidades y donde están nuestros limites, esto nos permite evitar sobrepasarlos y ayudar a que dentro de estos límites podamos alongar (estirar) y fortalecer nuestra estructura muscular adecuadamente.

Lo ideal es que esta conciencia corporal adquirida, la traslademos al resto del día y encontrar herramientas y hábitos que nos ayuden a gestionar nuestras capacidades y limitaciones. Por ejemplo, la elección del tipo de calzado, ya que algunas personas llevan tacones cuando no es algo recomendable para sus articulaciones.

Aparte del entrenamiento físico, otro beneficio del yoga es entrenar a la mente para cambiar el foco de nuestra mente y alejar la atención del dolor para centrarnos en otros recursos que nos alivian, como la respiración profunda (que es junto con la meditación la base del yoga) que nos ayuda a mejorar la oxigenación de el cuerpo, disminuyendo los niveles de ansiedad, el dolor o las cefaleas, ayuda a eliminar toxinas, aumentar la concentración, los niveles de energía y centrarnos en el “aquí y ahora”.

Llevar esa conciencia de nuestras capacidades físicas, hábitos respiratorios y actitud mental e intentar adaptarlo a nuestro día a día son hábitos que pueden hacer nuestra vida mucho mas agradable.

Entendiendo que los cambios no suceden en un día o dos, si no que es un trabajo constante, el yoga también es una disciplina espiritual (que llamamos sadhana) y que motiva a adquirir un compromiso con nosotros mismos para ser constantes en el cuidado de nuestro bienestar.

Por supuesto, las personas con problemas articulares, tienen que aprender a convivir con el dolor y el yoga, combinado con una buena alimentación, buenos hábitos, medicina natural o convencional nos pueden facilitar enormemente esta tarea.

Que debemos tener en cuenta para practicar yoga si sufrimos de las articulaciones

Dentro de los problemas articulares cada persona es un mundo, por ello lo mas importante es cada persona respete sus propios limites físicos y no forzarlos. Por lo tanto, el yoga, debe ser realizado siempre respetando el progreso natural del cuerpo sin impactos ni excesos, ni en tiempo, ni en intensidad.

En ese sentido las articulaciones son una parte de nuestro cuerpo físico que reciben mucha carga y acumulan mucha tensión, por lo que cuando llega una avanzada edad, tenemos que realizar ejercicios suaves, evitando aquellos de impacto, por lo tanto lo adecuado es estimular la musculatura que refuerza las articulaciones a la par que aumentamos la capacidad de movimiento y quitamos las rigideces y tensiones.

Por ello el yoga es una practica ideal, ya que trabajamos con nuestro propio peso y podemos ajustarlo para evitar cargar mas del debido. Por lo general, se realizan con círculos como forma de movernos para evitar impactos, llevando la respiración al unisono del movimiento. Cuando hacemos estos círculos con el pecho, rodillas, tobillos, cadera… se realiza un trabajo en ambas direcciones y siempre con una respiración muy consciente, dentro del mismo circulo se inhala y se exhala antes de cerrar el circulo de manera muy relajada.

Pero debemos tener cuenta que dentro del yoga existen distintas variantes y debemos seleccionar una que se adapte adecuadamente a nuestra condición física. Algunos tipos de yoga: como ashtanga, poweryoga o aeroyoga, no son aconsejables para personas con problemas articulares.

Para las personas con dolores muy agudos y limitación de movimiento (problemas de cadera, fémur o rodillas), personas mas mayores que sufren artrosis y que no pueden realizar ejercicios donde tengan que apoyar sus propio peso, el yoga adaptado a silla es el mas apropiado.

Personas con problemas mas leves y mayor capacidad de soportar su peso, tienen como opción el yoga terapéutico, que se puede realizar sobre una esterilla pero con ejercicios consistentes en movimientos muy suaves. Una opción muy recomendable es el yoga terapéutico individual donde un instructor adapta la actividad a las condiciones individuales de cada persona y sus capacidades corporales, para ello es fundamental contar con un instructor formado que tenga el conocimiento necesario para adaptar el ejercicio a sus condiciones físicas.

También es de valorar actividades de mucha relajación física y que combinan muy bien con el yoga, como por ejemplo, masajes o saunas, ya que favorecen la relajación muscular y el buen estado articular.

Otras alternativas naturales para el dolor articular:

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