Los antioxidantes son moléculas cuya función es la de prevenir las reacciones de oxidación de otras moléculas. De dichas reacciones se generan los radicales libres, que comienzan reacciones en cadena que dañan las células. Éstos son una de las bases del desarrollo de gran parte de las enfermedades que afectan al ser humano hoy en día.
Para impedir o reducir la producción de radicales libres en nuestro organismo, es necesario adoptar un estilo de vida saludable y una alimentación rica en frutas y verduras. Estos alimentos son fuente de una gran cantidad de antioxidantes y fitoquímicos capaces de neutralizar los efectos perniciosos de los radicales libres.
Entre la vasta variedad de fitoquímicos, se encuentran los carotenoides, que son los pigmentos causantes del color amarillo, anaranjado y rojizo de muchos de los vegetales. Estudios científicos han puesto de manifiesto sus propiedades antioxidantes y su eficacia en la prevención de enfermedades degenerativas o, incluso, el cáncer.
Los carotenoides son conocidos por su actividad provitamínica A, es decir, que se convierte en vitamina A al ingerirse. No obstante, eso no siempre sucede.
Es el caso de la astaxantina, un carotenoide y antioxioxidante hasta 10 veces más potente que la vitamina E y C.
Origen de la astaxantina
Este carotenoide es producido naturalmente por las algas de agua dulce Haematococcus pluvialis, principalmente, cuando sufren estrés por falta de nutrientes, aumento de la salinidad del agua o exceso de luz solar.
Los animales que se alimentan de estas algas presentan posteriormente la pigmentación roja anaranjada derivada de la concentración de astaxantina en su organismo. Así pues este compuesto se halla presente en la carne de salmón, trucha roja, diferentes crustáceos, besugo, atún, huevas de algunos peces y en las plumas de los flamencos, entre otros.
A finales del siglo XX, muchas empresas farmacéuticas comenzaron a producir astaxantina sintética para su uso como nutracéutico (alimento o parte de un alimento que proporciona beneficios médicos o para la salud) y cosmético.
La astaxantina también es producida por el hongo Xanthophyllomyces dendrorhous y por la levadura Phaffia rhodozyma. Sin embargo, esta última astaxantina ha sido considerablemente manipulada, por lo que no es considerada realmente un producto natural.
Cualidades de la astaxantina
La astaxantina es de naturaleza liposoluble. Esto se traduce en que se adhiere a la membrana de las células y, de esta forma, las protege contra el estrés oxidativo, que provoca el envejecimiento de la célula y su muerte prematura.
Además, es el carotenoide más eficaz captando y neutralizando radicales libres en nuestro organismo.
Otra de las características de este compuesto es que no se transforma en vitamina A al ingerirla. Esto daría lugar a un exceso de retinol en el organismo, que es tóxico para el ser humano.
Asimismo, aparte de sus propiedades antioxidantes, es antiinflamatoria, lo que contribuye al alivio de la inflamación a nivel celular en enfermedades crónicas y mejora del sistema inmunitario.
Y, por si fuera poco, también tiene cualidades antibacterianas y antimicrobianas.
Beneficios de la astaxantina
Debido a sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antibacterianas y antimicrobianas, las ventajas de este compuesto alcanzan a todos los sistemas de nuestro cuerpo.
- Mejora la salud cardíaca: favorece la circulación sanguínea, incrementa la elastina y grosor de las paredes arteriales, es antihipertensivo, reduce el riesgo de ataques cardíacos y anginas y disminuye los triglicéridos.
- Previene las enfermedades neurodegenerativas: tiene efecto preventivo de la enfermedad de Alzheimer y Parkinson, disminuye los efectos del deterioro cognitivo, contribuye a la reducción de lesiones cerebrales y neuronales y promueve la plasticidad neuronal.
- Aliada del tratamiento oncológico: se han observado resultados favorables como complemento a la quimioterapia en cáncer de mama.
- Alivia la inflamación en enfermedades crónicas:
- Diabetes: ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y reduce la resistencia a la insulina.
- Obesidad: protege las células del páncreas y ayuda en la eliminación de los cúmulos de grasas combinado con ejercicio.
- Asma: disminuye el número de células inflamatorias productoras del fluido broncoalveolar y mejora el tejido pulmonar.
- Optimiza la visión: actúa como escudo eficaz contra los efectos de la luz solar, las cataratas y la degeneración macular.
- Incrementa la fertilidad masculina: mejora la calidad y cantidad de espermatozoides en pacientes con infertilidad.
- Regenera la piel: suaviza las arrugas, aclara las machas de la edad, mantiene la humedad y aumenta las defensas de la dermis.
- Aumenta la salud digestiva: previene de infecciones intestinales y mejora la composición de la microbiota.
Cómo tomar astaxantina
La evidencia sugiere que este compuesto se absorbe mejor ingerido en una base oleosa.
Habitualmente se suele presentar en cantidades de entre 4 y 8 mg. ya que los actuales estudios parecen indicar que es la adecuada para maximizar sus beneficios y carece de efectos secundarios apreciables. En cualquier caso se recomienda que se consulte la dosis a un profesional de la salud.
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Contraindicaciones
La astaxantina es segura y tolerable para la mayoría de los adultos.
No obstante, deben abstenerse de consumirla embarazadas, lactantes, niños menores de 12 años, personas con bajos niveles de calcio, alérgicas o sensibles a esta sustancia, con la presión arterial baja, que padezcan trastornos tiroideos, problemas hormonales y osteoporosis.
Es necesario consultar a un médico en caso de padecer enfermedades o si se está tomando medicación para evitar posibles interacciones.